Nirvana en vivo

Continuando con la ola de nostalgia, me pegó recordar a Nirvana y aquí marco algunos videos.

El tipo, en 3 años, tuvo una nena, se hizo famoso full mainstream worldwide, y se mató. A fines de Setiembre del 91 salió Nevermind, y el 5 de Abril del 94 se pegó un tiro. Era encantador, conflictuado, y era auténtico. Un ganador y un gil. Se mató porque no aguantó más. La droga y la fama se lo comieron.


School y Floyd the Barber, del primer disco Bleach. Cuando el baterista era otro y tenían 2 guitarras. Me acuerdo que después del éxito de Nevermind, lo vendían como "pretend you´ve always liked Nirvana":



Drain you. En vivo en Alemania:



Lithium, en vivo en los premios de MTV del 92. Incluye el golpe en la cabeza de Novoselic con el bajo, los gritos de Dave saludando a Axl, y el destrozo final:



Una canción que aquí le ponen Sappy, pero también la he visto como "Verse, Chorus, Verse", también como Laundry Room, Make Him Happy, etc. Lo cierto es que aparece escondida y sin nombre en el disco "No Alternative" que salió en el 93 para recaudar dinero para niños con SIDA. Con bandas como Soundgarden, Breeders, Pavement, Beastie Boys, Smashing Pumpkins y alguna otra conocida de la época. Me lo compré en las mesas de ofertas del Palacio de la Música, ahora sale menos de 1 dólar:



Breed en vivo. Ya en la época de In Utero:



Frances Farmer will have her revenge on Seattle:



Hate, hate your enemies
Save, save your friends
Find, find your place
Speak, speak the truth:



Seasons in the Sun. Se nota que intercambiaron instrumentos?



I hate myself and I want to die:


Salió la compu del Pepe


Se está distribuyendo a un precio increíble, por mayor y menor, en varias ubicaciones para su mejor comodidad:
  • Calle Tolón S/N, entre camino Los Tangerinos y camino Al Paso del Andaluz.
  • Oficial Diecisiete M, entre Parahiba y Elisa Menéndez.
  • Camino Abrevadero entre Quina Quina y Zapucay.
  • En la propia esquina de Piratas y Campichuelo.
Los esperamos.

Quererte a ti . Ángela Carrasco


Quererte a ti es como querer
arrancarle un quejido al viento,
un beso al vacío,
y una sonrisa al silencio.

Quererte a ti es conjugar
el verbo amar en soledad.
Un te quiero sin respuesta,
y no pretender que mis caricias
te molestan.

Quererte a ti
Es querer ganar el cielo por amor
Es haber perdido el miedo al dolor
Es luchar contra nadie en la batalla
Y ahogar el fuego que me nace en las entrañas.
Quererte a ti, quererte a ti,
es callar y esperar.

Quererte a ti
Es querer ganar el cielo por amor
Es haber perdido el miedo al dolor
Es luchar contra nadie en la batalla
Y ahogar el fuego que me nace en las entrañas.
Quererte a ti, quererte a ti.
Quererte a ti.

Alimentar la palabra ternura,
y esconder mis lagrimas en las espaldas.
De mis noches en blanco y a oscuras,
lágrimas, celos y dudas.

De nada sirve que yo te llore,
de nada sirve que yo te implore.
Hasta cuándo y hasta dónde,
tengo que esperar que de mí te enamores.

Quererte a ti
Es querer ganar el cielo por amor
Es haber perdido el miedo al dolor
Es luchar contra nadie en la batalla
Y ahogar el fuego que me nace en las entrañas
Quererte a ti, quererte a ti,
es callar y esperar.

Quererte a ti
(los quiero de verdá

I really want tonight to last forever


Un ícono.

Nació

provocando una sensación difícil de describir, un niño que se hace llamar mi ahijado.


Aquí se lo puede ver con media hora de salido del bombo en brazos de unas personas.

Ojalá tenga suerte con lo que le toque vivir.
Y sea bueno, y se porte bien.

La insolación

El cachorro Old salió por la puerta y atravesó el patio con paso recto y perezoso. Se detuvo en la linde del pasto, estiró al monte, entrecerrando los ojos, la nariz vibrátil, y se sentó tranquilo. Veía la monótona llanura del Chaco, con sus alternativas de campo y monte, monte y campo, sin más color que el crema del pasto y el negro del monte. Éste cerraba el horizonte, a doscientos metros, por tres lados de la chacra. Hacia el Oeste, el campo se ensanchaba y extendía en abra, pero que la ineludible línea sombría enmarcaba a lo lejos.

A esa hora temprana, el confín, ofuscante de luz a mediodía, adquiría reposada nitidez. No había una nube ni un soplo de viento. Bajo la calma del cielo plateado el campo emanaba tónica frescura que traía al alma pensativa, ante la certeza de otro día de seca, melancolías de mejor compensado trabajo.

Milk, el padre del cachorro, cruzó a la vez el patio y se sentó al lado de aquél, con perezoso quejido de bienestar. Ambos permanecían inmóviles, pues aún no había moscas.

Old, que miraba, hacía rato a la vera del monte, observó:

—La mañana es fresca.

Milk siguió la mirada del cachorro y quedó con la vista fija, parpadeando distraído. Después de un rato dijo:

—En aquel árbol hay dos halcones.

Volvieron la vista indiferente a un buey que pasaba y continuaron mirando por costumbre las cosas.

Entretanto, el Oriente comenzaba a empurpurarse en abanico, y el horizonte había perdido ya su matinal precisión. Milk cruzó las patas delanteras y al hacerlo sintió un leve dolor. Miró sus dedos sin moverse, decidiéndose por fin a olfatearlos. El día anterior se había sacado un pique, y en recuerdo de lo que había sufrido lamió extensamente el dedo enfermo.

—No podía caminar —exclamó en conclusión.

Old no comprendió a qué se refería, Milk agregó:

—Hay muchos piques.

Esta vez el cachorro comprendió. Y repuso por su cuenta, después de largo rato:

—Hay muchos piques.

Uno y otro callaron de nuevo, convencidos.

El sol salió, y en el primer baño de su luz, las pavas del monte lanzaron al aire puro el tumultuoso trompeteo de su charanga. Los perros, dorados al sol oblicuo, entornaron los ojos, dulcificando su molicie en beato pestañeo. Poco a poco la pareja aumentó con la llegada de los otros compañeros: Dick, el taciturno preferido; Prince, cuyo labio superior, partido por un coatí, dejaba ver los dientes, e Isondú, de nombre indígena. Los cinco foxterriers, tendidos y beatos de bienestar, durmieron.

Al cabo de una hora irguieron la cabeza; por el lado opuesto del bizarro rancho de dos pisos —el inferior de barro y el alto de madera, con corredores y baranda de chalet—, habían sentido los pasos de su dueño, que bajaba la escalera. Míster Jones, la toalla al hombro, se detuvo un momento en la esquina del rancho y miró el sol, alto ya. Tenía aún la mirada muerta y el labio pendiente tras su solitaria velada de whisky, más prolongada que las habituales.

Mientras se lavaba, los perros se acercaron y le olfatearon las botas, meneando con pereza el rabo. Como las fieras amaestradas, los perros conocen el menor indicio de borrachera en su amo. Alejáronse con lentitud a echarse de nuevo al sol. Pero el calor creciente les hizo presto abandonar aquél, por la sombra de los corredores.

El día avanzaba igual a los precedentes de todo ese mes: seco, límpido, con catorce horas de sol calcinante que parecía mantener el cielo en fusión, y que en un instante resquebrajaba la tierra mojada en costras blanquecinas. Míster Jones fue a la chacra, miró el trabajo del día anterior y retornó al rancho. En toda esa mañana no hizo nada. Almorzó y subió a dormir la siesta.

Los peones volvieron a las dos a la carpición, no obstante la hora de fuego, pues los yuyos no dejaban el algodonal. Tras ellos fueron los perros, muy amigos del cultivo desde el invierno pasado, cuando aprendieron a disputar a los halcones los gusanos blancos que levantaba el arado. Cada perro se echó bajo un algodonero, acompañando con su jadeo los golpes sordos de la azada.

Entretanto el calor crecía. En el paisaje silencioso y encegueciente de sol, el aire vibraba a todos lados, dañando la vista. La tierra removida exhalaba vaho de horno, que los peones soportaban sobre la cabeza, envuelta hasta las orejas en el flotante pañuelo, con el mutismo de sus trabajos de chacra. Los perros cambiaban a cada rato de planta, en procura de más fresca sombra. Tendíanse a lo largo, pero la fatiga los obligaba a sentarse sobre las patas traseras, para respirar mejor.

Reverberaba ahora adelante de ellos un pequeño páramo de greda que ni siquiera se había intentado arar. Allí, el cachorro vio de pronto a Míster Jones sentado sobre un tronco, que lo miraba fijamente. Old se puso en pie meneando el rabo. Los otros levantáronse también, pero erizados.

—Es el patrón —dijo el cachorro, sorprendido de la actitud de aquéllos.

—No, no es él —replicó Dick.

Los cuatro perros estaban apiñados gruñendo sordamente, sin apartar los ojos de míster Jones, que continuaba inmóvil, mirándolos. El cachorro, incrédulo, fue a avanzar, pero Prince le mostró los dientes:

—No es él, es la Muerte.

El cachorro se erizó de miedo y retrocedió al grupo.

—¿Es el patrón muerto? —preguntó ansiosamente. Los otros, sin responderle, rompieron a ladrar con furia, siempre en actitud temerosa. Pero míster Jones se desvanecía ya en el aire ondulante.

Al oír los ladridos, los peones habían levantado la vista, sin distinguir nada. Giraron la cabeza para ver si había entrado algún caballo en la chacra, y se doblaron de nuevo.

Los foxterriers volvieron al paso al rancho. El cachorro, erizado aún, se adelantaba y retrocedía con cortos trotes nerviosos, y supo de la experiencia de sus compañeros que cuando una cosa va a morir, aparece antes.

—¿Y cómo saben que ése que vimos no era el patrón vivo? —preguntó.

—Porque no era él —le respondieron displicentes.

¡Luego la Muerte, y con ella el cambio de dueño, las miserias, las patadas, estaba sobre ellos! Pasaron el resto de la tarde al lado de su patrón, sombríos y alerta. Al menor ruido gruñían, sin saber hacia dónde.

Por fin el sol se hundió tras el negro palmar del arroyo, y en la calma de la noche plateada, los perros se estacionaron alrededor del rancho, en cuyo piso alto míster Jones recomenzaba su velada de whisky. A media noche oyeron sus pasos, luego la caída de las botas en el piso de tablas, y la luz se apagó. Los perros, entonces, sintieron más el próximo cambio de dueño, y solos al pie de la casa dormida, comenzaron a llorar. Lloraban en coro, volcando sus sollozos convulsivos y secos, como masticados, en un aullido de desolación, que la voz cazadora de Prince sostenía, mientras los otros tomaban el sollozo de nuevo. El cachorro solo podía ladrar. La noche avanzaba, y los cuatro perros de edad, agrupados a la luz de la luna, el hocico extendido e hinchado de lamentos —bien alimentados y acariciados por el dueño que iban a perder—, continuaban llorando a lo alto su doméstica miseria.

A la mañana siguiente míster Jones fue él mismo a buscar las mulas y las unció a la carpidora, trabajando hasta las nueve. No estaba satisfecho, sin embargo. Fuera de que la tierra no había sido nunca bien rastreada, las cuchillas no tenían filo, y con el paso rápido de las mulas, la carpidora saltaba. Volvió con ésta y afiló sus rejas; pero un tornillo en que ya al comprar la máquina había notado una falla, se rompió al armarla. Mandó un peón al obraje próximo, recomendándole cuidara del caballo, un buen animal, pero asoleado. Alzó la cabeza al sol fundente de mediodía, e insistió en que no galopara ni un momento. Almorzó en seguida y subió. Los perros, que en la mañana no habían dejado un segundo a su patrón, se quedaron en los corredores.

La siesta pesaba, agobiada de luz y silencio. Todo el contorno estaba brumoso por las quemazones. Alrededor del rancho la tierra blanquizca del patio, deslumbraba por el sol a plomo, parecía deformarse en trémulo hervor, que adormecía los ojos parpadeantes de los foxterriers.

—No ha aparecido más —dijo Milk.

Old, al oír aparecido, levantó vivamente las orejas. Incitado por la evocación el cachorro se puso en pie y ladró, buscando a qué. Al rato calló, entregándose con sus compañeros a su defensiva cacería de moscas.

—No vino más —agregó Isondú.

—Había una lagartija bajo el raigón —recordó por primera vez Prince.

Una gallina, el pico abierto y las alas apartadas del cuerpo, cruzó el patio incandescente con su pesado trote de calor. Prince la siguió perezosamente con la vista y saltó de golpe.

—¡Viene otra vez! —gritó.

Por el norte del patio avanzaba solo el caballo en que había ido el peón. Los perros se arquearon sobre las patas, ladrando con furia a la Muerte, que se acercaba. El caballo caminaba con la cabeza baja, aparentemente indeciso sobre el rumbo que debía seguir. Al pasar frente al rancho dio unos cuantos pasos en dirección al pozo, y se desvaneció progresivamente en la cruda luz.

Míster Jones bajó; no tenía sueño. Disponíase a proseguir el montaje de la carpidora, cuando vio llegar inesperadamente al peón a caballo. A pesar de su orden, tenía que haber galopado para volver a esa hora. Apenas libre y concluida su misión, el pobre caballo, en cuyos ijares era imposible contar los latidos, tembló agachando la cabeza, y cayó de costado. Míster Jones mandó a la chacra, todavía de sombrero y rebenque, al peón para no echarlo si continuaba oyendo sus jesuísticas disculpas.

Pero los perros estaban contentos. La Muerte, que buscaba a su patrón, se había conformado con el caballo. Sentíanse alegres, libres de preocupación, y en consecuencia disponíanse a ir a la chacra tras el peón, cuando oyeron a míster Jones que le gritaba pidiéndole el tornillo. No había tornillo: el almacén estaba cerrado, el encargado dormía, etc. Míster Jones, sin replicar, descolgó su casco y salió él mismo en busca del utensilio. Resistía el sol como un peón, y el paseo era maravilloso contra su mal humor.

Los perros salieron con él, pero se detuvieron a la sombra del primer algarrobo; hacía demasiado calor. Desde allí, firmes en las patas, el ceño contraído y atento, veían alejarse a su patrón. Al fin el temor a la soledad pudo más, y con agobiado trote siguieron tras él.

Míster Jones obtuvo su tornillo y volvió. Para acortar distancia, desde luego, evitando la polvorienta curva del camino, marchó en línea recta a su chacra. Llegó al riacho y se internó en el pajonal, el diluviano pajonal del Saladito, que ha crecido, secado y retoñado desde que hay paja en el mundo, sin conocer fuego. Las matas, arqueadas en bóveda a la altura del pecho, se entrelazan en bloques macizos. La tarea de cruzarlo, sería ya con día fresco, era muy dura a esa hora. Míster Jones lo atravesó, sin embargo, braceando entre la paja restallante y polvorienta por el barro que dejaban las crecientes, ahogado de fatiga y acres vahos de nitrato.

Salió por fin y se detuvo en la linde; pero era imposible permanecer quieto bajo ese sol y ese cansancio. Marchó de nuevo. Al calor quemante que crecía sin cesar desde tres días atrás, agregábase ahora el sofocamiento del tiempo descompuesto. El cielo estaba blanco y no se sentía un soplo de viento. El aire faltaba, con angustia cardíaca, que no permitía concluir la respiración.

Míster Jones adquirió el convencimiento de que había traspasado su límite de resistencia. Desde hacía rato le golpeaba en los oídos el latido de las carótidas. Sentíase en el aire, como si de dentro de la cabeza le empujaran el cráneo hacia arriba. Se mareaba mirando el pasto. Apresuró la marcha para acabar con eso de una vez... Y de pronto volvió en sí y se halló en distinto paraje: había caminado media cuadra sin darse cuenta de nada. Miró atrás, y la cabeza se le fue en un nuevo vértigo.

Entretanto, los perros seguían tras él, trotando con toda la lengua de fuera. A veces, asfixiados, deteníanse en la sombra de un espartillo; se sentaban, precipitando su jadeo, para volver en seguida al tormento del sol. A1 fin, como la casa estaba ya próxima, apuraron el trote.

Fue en ese momento cuando Old, que iba adelante, vio tras el alambrado de la chacra a míster Jones, vestido de blanco, que caminaba hacia ellos. El cachorro, con súbito recuerdo, volvió la cabeza a su patrón, y confrontó.

—¡La Muerte, la Muerte!—aulló.

Los otros lo habían visto también, y ladraban erizados, y por un instante creyeron que se iba a equivocar; pero al llegar a cien metros se detuvo, miró el grupo con sus ojos celestes, y marchó adelante.

—¡Que no camine ligero el patrón! —exclamó Prince.

—¡Va a tropezar con él!—aullaron todos.

En efecto, el otro, tras breve hesitación, había avanzado, pero no directamente sobre ellos como antes, sino en línea oblicua y en apariencia errónea, pero que debía llevarlo justo al encuentro de míster Jones. Los perros comprendieron que esta vez todo concluía, porque su patrón continuaba caminando a igual paso como un autómata, sin darse cuenta de nada. El otro llegaba ya. Los perros hundieron el rabo y corrieron de costado, aullando. Pasó un segundo, y el encuentro se produjo. Míster Jones se detuvo, giró sobre sí mismo y se desplomó.

Los peones, que lo vieron caer, lo llevaron a prisa al rancho, pero fue inútil toda el agua; murió sin volver en sí. Míster Moore, su hermano materno, fue allá desde Buenos Aires, estuvo una hora en la chacra, y en cuatro días liquidó todo, volviéndose en seguida al Sur. Los indios se repartieron los perros, que vivieron en adelante flacos y sarnosos, e iban todas las noches con hambriento sigilo a robar espigas de maíz en las chacras ajenas.


Horacio Quiroga

El perro motoneta

Me quiere morder.

Living Colour en Montevideo

El próximo 23 de agosto, como preámbulo de la noche que nosotros sabemos, toca Living Colour en Montevideo. Está recontra para ir. Lástima que sea taan caro.

Me hace acordar al Ranking 100.3 de hace 20 años de El Dorado F.M. A los cassettes vírgenes. A la canción One de Metallica, a Ziggy Marley, Dee Dee King, Zinatra y los botellazos en el Shopping, donde ahora hay un Spa.


Me hace acordar que hace 10 años iba a los conciertos en Buenos Aires y quería vivir ahí. Ahora quiero vivir en Brasil, bastante al Norte, cerca de la playa, andar descalzo y ponerme pantalones cortos todos los días.

Tango que me hiciste bien

Este viernes 17 y sábado 18 vuelve a tocar el Néstor Vaz Quinteto, en homenaje a Piazzolla. Tuve el gusto de asistir al anterior concierto en la Sala Zitarrosa y la verdad que va recomendado. Emocionante, enérgico y muy prolijo. La cita es en el Espacio Guambia de 25 de Mayo y Juan Carlos Gómez. No se lo pierdan.

Y a propósito de tangueros raros, mañana en Central va a estar Melingo, que canta el tango como ninguno.

Siete . 7 Notas 7 Colores

(¿Quieres probarlo? Mucho Mu está aquí... Otra vez, con más)


Mucho Muchacho malvado ha vuelto
Del rap superdotado, de hachís colocado
Estoy vigilando, ten cuidado
Mucho Muchacho malvado, recuérdalo
No puedes tocarlo, acabarlo, ganarlo,
Chico malo, tu sabes, tiene estilo
¡Demuéstralo! En el micrófono dime algo
Pongo el dinero si quieres apostarlo
Podemos hacerlo como tú quieras, comenzarlo,
Pollos rudos dando palos siempre andan buscando
Conmigo cabrón te estás equivocando
¿Qué está pasando, qué está pasando?
Cuando todo a tu alrededor está ardiendo
Mucho Muchacho está ahí moviendo, divirtiendo
Tremendo en el micrófono, mcs me tienen miedo
Porque saben que yo puedo doblarles solo con un dedo
Cuido a los de mi lado, el Félix me quiere ahorcado
Antes vendiendo, vendiendo, ahora comprando, comprando,
Mucho Muchacho volando alto,
ha dado el salto alto, muy alto, alto, muy alto
Molto siñori para los negocios,
De las rimas amo, en la calle mis asuntos
Los cabrones dicen: ¿Qué hacemos?
Yo digo: Venga, vamos
Nadie sabe por dónde pasamos para estar donde estamos
Vamos.
Superiores.
Digamos... increíbles
Digamos... magníficos
Digamos... chicos malos
Corren como los galgos
Es difícil atraparlos
¡Pásamelo, pásamelo!
Pillarlo, como a un caramelo chupármelo
Jugar en mi frecuencia y conectarlo, cielo
¿Tú puedes verlo?
Mucho, Mucho, tú también puedes serlo
El corcho llega al techo de mi despacho
Con la botella celebrando, mami
Voy ganando,
en el carro sonando
Rima sobre ritmos,
así como si estuviera hablando,
Pero diciendo algo duro, nada blando,
Como jodiendo, molestando
Un mc apretando
Ningún perro más ladrando, ningún perro más ladrando.
Ningún perro más ladrando.

Para quemarte (siete, siete)
Pa vacilarte (siete, siete)
Para moverte (siete, siete)
Para tu coche (siete, siete)
Para tu parque (siete, siete)
Para fumarte (siete, siete)
Para tumbarte (siete, siete)
Para representarte (siete, siete)

Borracho, vomitando,
Escucha lo que te estoy diciendo
Si estás perdido, vete situando
Porque cuando pillo el micro me lo estoy trabajando
Rimando preciso como un reloj suizo
Cabrones, esto es un aviso: Si tú pisas, yo piso
Da ese paso, conmigo, con Dibosso
Da ese paso.
Días grises ¿a mí? No
Solo trato de hacer mi camino
Me quemo sobre el ritmo
Como Bass and drum su flitmo¿?
Soy capaz de hacerte soñar dos veces en lo mismo
Sacudirte como un movimiento sísmico
Soy Mucho Muchacho, el vengador cósmico
Único es su estilo, tos los cabrones siguiendo el hilo
Vamos Eddy, vamos, díselo
Como caballos dando coces
El monstruo ha despertado, llegaron voces
7 Notas 7 Colores
Capítulos nuevos
¿Los conoces?
Tos los cabrones mamándome los huevotes

Para quemarte (siete, siete)
Pa vacilarte (siete, siete)
Para moverte (siete, siete)
Para tu coche (siete, siete)
Para tu parque (siete, siete)
Para fumarte (siete, siete)
Para tumbarte (siete, siete)
Para representarte (siete, siete)

(Cabrones con más... Está aquí... ¿Cómo lo ves?...)

Yo no te pido la Luna . Daniela Romo


Quiero envolverme en tus brazos
que no quede entre tú y yo un espacio naaa
ser el sabor de tu boca
y llenarme toda con tu aroma naaa
ser confidente
y saber por dentro quién eres tú naaa
como un tatuaje vivo
impregnarme en tu ser
no borrarme de ti naaa

Yo no te pido la luna
tan solo quiero amarte
quiero ser esa locura
que vibra muy dentro de ti naaa
Yo no te pido la luna
solo te pido el momento
de rescartar esta piel
y robarme esa estrella
que vemos tú y yo
al hacer el amor naaa

Correr en contra del viento
conocer todos tus sentimientos naaa
los cuerpos entrelazados
esperemos todos los inviernos naaa
besame y en mis labios hallarás calor naaa
siénteme frágil y de papel
como tiemblo por ti naaa

Yo no te pido la luna
tan solo quiero amarte
quiero ser esa locura
que vibra muy dentro de ti naaa
Yo no te pido la luna
sólo te pido el momento
de rescartar esta piel
y robarme esa estrella
que vemos tú y yo
al hacer el amor naaa

yo no te pido la lunaa
solo quiero tenerte muy cerca de mi naaa
yo no te pido la lunaa
solo quiero entregarme para siempre a ti naaa
naaa
narana
nana ni na na
na ni na ni na na
naaaaaaaaaaa..
naaaaa
ni na ni na

Yo no te pido la luna
tan solo quiero amarte
quiero ser esa locura
que vibra muy dentro de ti naaa
Yo no te pido la luna
solo te pido el momento
de rescartar esta piel
y robarme esa estrella
que vemos tú y yo
al hacer el amor naaa

Yo no te pido la luna
tan solo quiero amarte
quiero ser esa locura
que vibra muy dentro de ti

I spy . Pulp


I spy a boy, I spy a girl.
I spy the worst place in the world,
in the whole wide world.
Oh you didn't do bad,
you made it out,
I'm still stuck here oh but I'll get out.
Oh yeah I'll get out.

Can't you see the giant that walks around you seeing through your petty lives?
Do you think I do these things for real?
I do these things just so I survive.
And you know I will survive.

It may look to the untrained eye,
I'm sitting on my arse all day.
I'm biding time to the day I take you all on.
My Lords and Ladies,
I will prevail,
I cannot fail.
Cos I spy.

Oh I've got your numbers,
taken notes,
I know the ways your minds work;
I've studied.
And your minds are just the same as mine
except that you are clever swines,
you never let your mask slip,
you never admit to it,
you're never hurried.
Oh no no no.

And every night I hatch my plan
how I will get my satisfaction,
how I will blow your paradise away away, away.
Cos I spy.

And it's just like in the old days -
I used to compose my own critical notices in my head.
"The crowd gasp at Cocker's masterful control of the bicycle,
skilfully avoiding the dog turd outside the corner shop."
Imagining a blue plaque
above the place I first ever touched a girl's chest,
but hold on,
you've got to wait for the best.

You see you should take me seriously.
Very seriously indeed.
Cause I've been sleeping with your wife for the past sixteen weeks,
smoking your cigarettes,
drinking your brandy,
messing up the bed that you chose together.
And in all that time I just wanted you to come home unexpectedly one afternoon,
and catch us at it in the front room.

You see I spy for a living,
and I specialise in revenge,
on taking the things I know will cause you pain.

I can't help it,
I was dragged up.
My favourite parks are car parks,
grass is something you smoke,
birds are something you shag.
Take your "Year in Provence"
and shove it up your arse.

Your Ladbroke Grove looks turn me on, yeah.
With roach burns in designer dresses,
skin stretched tight over high cheek-bones,
and thousands of tiny dryness lines beating a path to the corners of your eyes.

And every night I hone my plan,
it's not a case of woman v man.
It's more a case of haves against haven'ts.
And I just happen to have got what you need,
just exactly what you need yeah.

La la la la la la la la la la,
in the midnight hour.
La la la la la la la la la la,
I will come to you,
I will come to you,

I will take you from this sickness,
dinner parties and champagne,
I'll hold your body and make it sing again.
Come on - sing again,
let's sing again, oh yeah,
Cos I spy,
yes,
I spy.

I spy a boy,
and I spy a girl.
I spy the chance,
to change the world,
to change your world.

Andar en plato volador

Eso es estilo extraplanetario.


Moller M200X volantor.

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Destacados de Agosto en CCE

por 'propuesta', 'producción' y 'audiovisual':

Jueves 2, 19 hs. /conferencia

CRA 2008

EL VIDEO COMO HERRAMIENTA DOCUMENTAL

Con esta conferencia se presenta la propuesta de proyectos de producción del CRA (Centro de Recursos Audiovisuales) para 2008, con la participación del destacado video-realizador uruguayo Eduardo Lamas con “El Video como herramienta documental”.

Eduardo Lamas (Montevideo, 1963)

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes y realizó cursos de cine y video en Montevideo, San Pablo y Caracas. Ha sido seleccionado y premiado en diversas muestras en festivales en Uruguay, Brasil, Francia y Alemania.



porque los superhéroes son lo +:

Miércoles 8, 19:30 hs. / café

SIN MOVIMIENTO DE ALAS: SOBRE LA FÍSICA DE LOS SUPERHÉROES

Se aplica la Física a modo de juego didáctico para entender las hazañas y poderes de algunos superhéroes de ficción como Spiderman, Superman, Hulk, etc. Se intenta mostrar en estos ejemplos la metodología real que muchas veces usan los científicos a la hora de estudiar habilidades y capacidades de animales aplicando la Física.

Expositor: R. Ernesto Blanco. Es doctor en Física y docente del Instituto de Física de la Facultad de Ingeniería (UdelaR). Realizó su Maestría en Física de partículas y actualmente trabaja en la aplicación de la mecánica clásica al movimiento de los seres vivos. Ha sido colaborador frecuente en el País Cultural desde 1996. En el año 2005 recibió el Premio Caldeyro Barcia a jóvenes investigadores por sus trabajos de aplicación de la Física a la Biología.

Colabora: Fundación CIENARTE.



porque suena muy interesante:

Jueves 23, 19:30 hs. / presentación

ESCRITURA FRACTAL Y OTRAS POÉTICAS NO LINEALES

Expositor: Ramón Dachs (especialista español).Tomando como base el ciclo poético "TransEurasia", Dachs hablará de la escritura fractal, que relaciona la teoría de fractales de Benoît B. Mandelbrot con los procesos generatrices de textos, así como sobre otras experiencias complementarias que toman como base el hipertexto, la poesía aleatoria, la poesía oriental clásica, la intertextualidad y el plurilingüismo románico.

Páginas de referencia en Internet:

http://www.uoc.edu/in3/hermeneia/exposicio_ramon_dachs/esp/index.htm

http://www.uoc.edu/in3/hermeneia/interminims/autorc.htm



por 'erótico', 'hija' y 'experiencia':

Martes 28, 19:30 hs. / presentación

CRA 2007

Cecilia Vignolo

TESTAMENTO ERÓTICO

Dedicado a su hija, se trata de un documento sobre la experiencia íntima de la artista.

Cecilia Vignolo es artista y vive y trabaja Montevideo. Recibió el Primer Premio del Museo Nacional de Artes Visuales.





Continúan abiertas las siguientes exposiciones:

· El desafío del sol, exposición interactiva de ciencia y tecnología en el Año Internacional del Sol. Curadora: Nelsa Bottinelli. Hasta el sábado 11 de agosto.

· Sábat/fotografías a color. Por primera vez en Montevideo se expone una selección de fotografías de Hermenegildo Sábat. Curador: Pincho Casanova. Hasta el viernes 24 de agosto.

· EN MI MUNDO TODO SERÍA LO QUE NO ES. Para esta obra, Alejandra Del Castillo se basó en uno de sus cuentos preferidos, “Alicia en el país de las maravillas” y en el recuerdo que conserva del mismo. Hasta el sábado 1º de septiembre.